sábado, 25 de abril de 2020

MUJER DE LABIOS ROJOS








Una mujer camina hacia la estación de autobús, y mientras recorre el largo camino un lobo negro la rodea, la espera pacientemente como si supiera sus movimientos, y en el silencio en medio de la noche le respira entre sus piernas de seda, los ojos de aquel lobo llevan un profundo mundo sin terminar, mientras la mujer camina hacia su hogar la sigue... como si estuviese esperando el momento perfecto para atacar, muy en el fondo la mujer sabe qué aquel lobo que respira entre sus piernas solo busca un lugar para quedarse esta noche y el resto de la vida, un hogar confortable y una chimenea caliente para descansar.

El tiempo sigue pasando y el frió cada vez se hace mas intenso, los labios rojos de la mujer comienzan a enfriarse y el animal feroz que nadie había notado y que había seguido a la mujer, solo era parte de un espectáculo muy en el fondo era un animal que se encontraba escondido en un manto violencia, el cual estaba cubierto de perjuicios,  pero en su interior mantenía la esperanza que la mujer de los labios rojos le pudiese entregar el corazón y los sueños, tal vez que pudiera desnudar el alma y las cicatrices quizás en ese momento habrían podido comenzar una vida sin problemas, sin tantos pensamientos, sin tantas desilusiones, el lobo imaginaba en su mente los días lluviosos en donde recostaría su cabeza, imaginaba esas piernas de seda y esos labios rojos sonriendo, sintiendo paz y un hogar al fin. 

Imaginando que podría descansar de su pasado, al fin podría descansar de los maltratos y de las desilusiones, la mujer de los labios rojos, le sonríe y nota su nerviosismo al respirar, toca su una parte de su esencia, lo mira fijamente intentando explicarle que el sol saldrá todos los días sin importar cuantas veces te escondas o intentes encajar en su mundo, aquella mujer de los labios rojos comienza a mirar hacia el suelo intentando buscar el momento para voltear, pero la vida ha sido demasiada dura para querer dejar al lobo solo bajo el frio ambos son seres con corazones cansados, ambos se encuentran agrietados por dentro, ambos están perdidos en estas horas tan frías, lo que no sabía la mujer de los labios rojos era que ese lobo negro, era lo que ella tanto tiempo había estado esperando… era un leal amigo, un leal servidor, permanentemente firme y sigiloso.

Entre los pasillos ella camina, mientras el la rodea, cubriéndola de los temores y las interrogantes de la vida, aquel lobo que todos temen no es más que una sombra frente a toda esta angustia, la mujer detiene la marcha para explicarle  que esta vez debe caminar sola… 

El hogar sigue siendo frio y abrumador, pero esta vez hay que entender que es su hogar… es su chimenea y un lobo no está preparado para vivir en un ambiente tan cómodo y confortable, las personas no están preparadas para conocer un a un lobo ni muchos menos para integrarlo en la sociedad.

El majestuoso lobo negro la mira fijamente, haciéndola sentir que la vida tiene una salida, haciendo sentir a la mujer que los mensajes de textos ocultos son espasmos en el universo que no pertenecen a su corazón, que esta vez no necesita encajar en una familia donde no pertenece y nunca lo hará, el lobo sigue en pie y sigue siendo fiel, sigue siendo tan preocupado por los labios rojos de su querida… el destello del sol comienza a salir y la gente horrorizada al ver a una mujer con una bestia tan violenta, hace que comiencen a murmurar, comienzan a gritar desde sus casas, que ese animal no pertenece a ese cerrado circulo llamado sociedad, solo en ese momento fue la última vez que la mujer vio los ojos de ese lobo, en algunas ocasiones pareciera que sigue rondando su vida sigilosamente, esperando el momento para suspirar en su oído, esperando el momento para mostrarle que la felicidad es extraña y la consigues en el momento que menos esperabas, que aquel lobo que viste en tus sueños siempre tuvo un propósito y era sacar un enorme sonrisa de tus labios rojos. 






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