La intensidad con la que corres es como una descarga eléctrica que se produce a causa de un rayo, esa gran magnitud de energía descargada después de cada momento, un tumulto de nubes invocando el golpe a mi columna vertebral que une el camino del bien y del mal, es algo que debes llevar entre todas esas líneas rojas que conectan la energía con el sonido de la naturaleza que amenaza con destrozar todo a su paso, el sonido que hace que un millón de amperes se reduzcan al mejor impacto que busca mi columna vertebral, necesito buscar un lugar para lograr enterrar los voltios que han golpeado mi cabeza, esos voltios que recorren mis venas, los que me hacen vivir allí en medio de las nubes, debes contener la descarga, debes aferrarte al buen tiempo, escucho su voz diciéndome que esta vez la descarga será igual de letal, y ya no se si de eso se trata la vida, que nunca sabrás el momento cuando el rayo pueda hacerte explotar.
Intentas correr en medio del bosque, formas nubes, puedes ver esa dimensión entre todas las preguntas, escuchas un suspiro, el aire es mas lento, la piel erizada, simplemente la descarga es tuya, piel quemada, ¡aquí vamos de nuevo! sigue recorriendo la columna donde guardo el bien y el mal, y sabes que se siente como una descarga de mil voltios, el día que decidí que un rayo destrozara mi interior.
todos en el mundo hemos tenido una parte de Auschwitz, un lugar que queremos dejar muy atrás de todas nuestras historias, hoy pensaba que una parte de mi Auschwitz estaba frente a todos nuestros intentos por querer un lugar diferente, queríamos tener esa posición que nunca llegaría, vivíamos pensando que si seguíamos trabajando tan arduamente podríamos conseguir salir con vida de todo este campo de concentración, aun no logro entender que papel jugaba en esta historia, aun no logro saber que rol tenia que jugar mi corazón, ¿Quién era yo en esta historia? yo era una parte importante de este campo, acaso ¿lo comandaba? acaso ¿yo decidiría por las vidas que estaban aquí adentro?
Todos tenían una misión importante en este lugar, todos sabían cual era su propósito, excepto por la mía, con el tiempo he logrado entender que por mas que intentara salvar vuestra vida, mi rol en este lugar era exterminar todo sueño que pudiera surgir, mientras intentaba armar la palabra salvación, me di cuenta que no estaba parada en la linea correcta del campo, tenia coordenadas, tenia un rango, tenia una vida por delante, este era mi campo de concentración, cada pieza construida por mis manos, no era mas que un lugar que solo llevaría a la devastación, nunca podremos frenar nuestro destino, no podemos cambiar las vidas y los caminos, cada persona en este lugar estaba designada y no podía cambiar nada de esta historia, algunos tenían que llevar las piezas pesadas de este campo, otros tenían solo que comandar y mirar el futuro detrás de una jineta que al fin y al cabo solo es un pedazo de cartón con figuras incrustadas en el, las personas que viven en este lugar nunca podrán estar paradas en esa misma linea que estas de pie, la vida se hace complicada cuando tienes un buen corazón, cuando en un momento soñaste con abrir esta puerta y que todas estas almas pudiesen salir, pero en el fondo sabias que eso nunca pasaría, las personas que visten mucho mas que tu, siempre estarán susurrándote que estas en el lugar correcto y con las personas correctas, las personas como nosotros nunca podrán vivir en Auschwitz, no pueden usar una camisa con rayas, porque este era nuestro destino, que la parte mas mala de Auschwitz seria saber que yo misma terminaría exterminando todo lo bueno que había en el.
Nadie nunca entenderá esta fría historia, pero entre mis cálculos yo siempre sabría que yo portaba esa chaqueta larga y fría, que las personas como nosotros solo podemos mirar desde un espejo hacia el exterior, solo podríamos ver que la alegría que adentro había seria una parte de todos los recuerdos que se volverían en una parte de mi Auschwitz, esta seria una gran historia que nunca terminaría de contar, la perfección es solo una palabra que cuando la vives se convierte en una especie de medalla que te hace mirar hacia el futuro y hace que te des cuenta que vuestro camino solo quiere ver de acertijos y aciertos, en el fondo las decisiones que tomaste se quedaran guardadas detrás de un uniforme lleno de frialdad que no tiene nada que ver con lo que existe en el interior de una persona.
Cuando abriste por primera vez el portón sabes que saldría lo mejor de Auschwitz y sabes que nunca regresaría, sabes que tomaría el rumbo de la reconstruccion que tu seguirías parada en esa linea que tu misma elegiste, sabes que tu ambición no dejaría mover tu pie derecho, sabes que ya no podrías mirar detrás de ese amplio ventanal, pero que muy en el fondo preferías abrir ese gran portón, para que saliera esa parte de Auschwitz, esa parte que nunca será tuya y que sabes que no quieres derribar en una cámara de gas, prefieres quedarte en tu oficina esperando a que vengan por ti, esta es la parte de llevar esa jineta de cartón, que aun cuando hayas hecho una decisión acertada igual pedirán tu cabeza, de igual forma vendrán por ti, por esa absurda forma de comandar lo que era imposible.